Leche frita - Manuel Vázquez Montalbán



-Ya sólo queda la leche frita.
-Camps, no me haga decirle la receta de la leche frita.
-Me parece un enunciado mágico. Imposible.
-¿Mágico? Si usted lo dice. Mezcle unos cien gramos de azúcar con cincuenta de harina de trigo y le añade cuatro tacitas de leche y va batiendo, añadiéndole también una nuez de mantequilla. Se pone al fuego lento y sigue batiendo hasta que se espesa. Luego la desparrama por una fuente y deja que se enfríe y se solidifique. La corta entonces en cuadrados regulares, los pasa por harina y huevo, los fríe muy ligeramente en mantequilla muy caliente y lo sirve espolvoreado con azúcar.
Fuster no agrandó los bostezos mediante la dimensión de la boca, no del sonido, y Carvalho aguardó el momento en que iniciara la retirada. La practicó marchándose hacia la cocina y allí fue Carvalho a recoger sus confidencias.
-La próxima vez me avisas del ganado que vamos a lidiar. Es superior a mis fuerzas y supongo que tiene gestor, con lo que no gano nada quedándome.
-Me pone tan nervioso como a ti, pero ya puedes irte. Te necesitaba para romper el fuego.
-La próxima vez cobraré.
En cambio estuvo maravilloso, o encantador, cuando se despidió de Camps pretextando la obligación de madrugar y solicitando de su criterio un consejo sobre los cubiertos que debía comprar, en situación como estaba de cambiar su menagerie, y lo dijo con la correcta pronunciación que caracterizaba su francés de radical afrancesado. Camps sonrió receptivo y entornó los ojos para buscar en los casilleros de su memoria la respuesta más adecuada.

Manuel Vázquez Montalbán
(El delantero centro fue asesinado al atardecer)





Se cuece la leche con el azúcar, la corteza del limón, la canela y la vainilla. Una vez concluida esta operación preliminar se pasa todo a través del colador. La mitad se deposita en un recipiente, que estará al fuego, y a la otra se le agrega una mezcla formada por 100 g de harina, la mantequilla y una yema de huevo. Sin dejar de batirla se suma esta mitad a la que continúa en el recipiente, al fuego, y se deja cocer batiendo continuamente diez minutos.
Tan pronto se haya logrado una crema medio espesa, se vierte en una rustidera untada de aceite. Cuando se enfríe la leche se corta en cuadraditos de tres centímetros cada uno. Éstos se rebozan en harina y huevo batido, y acaban friéndose en aceite de oliva o mantequilla.
A la hora de presentar este postre delicioso puede recubrirse de azúcar “praliné”.
Se puede servir también flambeada.
Variante: En sartén de acero se ponen doce trozos de leche frita, se espolvorea con azúcar y cuado empieza a tomar color se les da la vuelta y se agrega el zumo de media naranja y seguidamente un vasito de Grand Marnier rojo, se prende fuego, sin dejar de sacudir la sartén hasta que se apague. Se sirve en cuatro copas sobre un trozo de helado de turrón que habrá en cada copa. procurando poner encima el líquido del flambeado.


Enlaces:
Camembert rebozado con confitura de tomate 

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